Capex (Capital Expenditures)

El capex no es una palabra mágica, pero en el mundo de las finanzas casi se siente así. Viene del inglés «capital expenditures» y, entre nosotros, es la inversión en cosas duraderas que hace una empresa, no en gastos diarios, sino en bienes que van a estar por más de un año. Estamos hablando de maquinaria que parece de otra era, fábricas imponentes, terrenos amplios, y más.

Hay dos estilos principales cuando hablamos de capex:

  • Capex de mantención: Este es el tipo que se encarga de que todo siga en pie y funcionando. No va a hacer que las utilidades de la empresa suban a las nubes, pero sin él, las cosas podrían venirse abajo rápidamente.
  • Capex de expansión: Aquí es donde las empresas piensan en grande y planean cómo van a ser más impresionantes en el futuro. Puede ser algo tan emocionante como traer la última tecnología en maquinaria o abrir nuevas instalaciones que son el sueño de cualquier CEO. Este es el capex que busca un brillo extra en las ganancias a largo plazo.

Contablemente, el capex juega detrás de bambalinas. No lo verás en el estado de resultados, pero es fundamental en el balance general. Así que si una empresa decide gastar $100,000, ese número no va a restar directamente de sus ganancias. Pero toda esta acción de capex sí que se desglosa en el estado de flujo de efectivo para que todos puedan seguirle la pista.

Las empresas suelen dar una mirada al futuro con sus pronósticos de capex, y aunque algunas son más detallistas que otras, esta info es vital. A fin de cuentas, saber hacia dónde se dirigen las inversiones puede dar pistas valiosas sobre lo que pasará con sus ganancias y, como resultado, con el valor de sus acciones.